Todo fue tan repentino ...

Llegué un día miércoles a la casa de mis papas a regalonear con ellos, porque pese a que ya estoy bastante grande, los necesito...y no solo a ellos, sino a mi hermano y a mi tía, el jueves fue feriado y entre conversa y conversa, me entere de una noticia muy triste...

Carlos, un amigo de la familia, estaba muy enfermo en el hospital y los médicos no daban ninguna esperanza; No lo podía creer...y llore de pena.

Al día siguiente lo fui a ver al hospital y debido a que me habían contado que Carlos era otro, que debía ser fuerte, porque era otra persona a la que encontraría, el impacto no fue mayor.

Efectivamente y con tristeza lo digo, era otro, su extremada delgadez, su cara hinchada , además de esa "pelota" que tenia en su mentón, sus brazos amoratados de tantas cosas que le inyectaban, su dificultad para hablar...pero aún así, esbozo una sonrisa al verme...

Sentí un inmenso dolor, y unas ganas de llorar, pero no lo hize, solo me acerque a él y lo abraze... no puedo explicar con palabras los sentimientos que se apoderaron de mi...no lo podía creer, como? porque? si él es tan joven ? si es una buena persona?

Cuando llegó la hora de la despedida, lo abraze y lo bese con una enorme dulzura y prometí volver el fin de semana siguiente....Sin imaginar, que ese sería la última vez que escucharía su voz...

Llegué al fin de semana siguiente, un viernes por la noche y en la madrugada del sábado, él descanso.

Todo fue tan rápido... su enfermedad y su partida...

Esto que sucedio, me ha hecho reflexionar muchas cosas... sobre todo, en lo
fragil que es nuestra existencia y que cada minuto que transcurra, se debe
exteriorizar el amor por nuestra familia y por todas aquellas peronas que son
importantes en nuestra vida.